La alergia a los alimentos es una de las áreas de la alergología en la que más novedades se han aportado estos últimos años. Cualquier alimento puede provocar reacciones alérgicas, pero los que con más frecuencia la causan son la leche y el huevo en los menores de 5 años, y las frutas, el cacahuete y los frutos secos por encima de esta edad. Cada vez se conocen mejor las moléculas responsables de la alergia en cada alimento, lo que permite en la actualidad disponer de un diagnóstico más preciso. Esta alergia supone un riesgo cotidiano y su tratamiento consiste en retirar de la dieta el alimento causante, educar al paciente y a su familia para evitar ingestiones accidentales, conocer los síntomas y aprender a actuar ante una reacción alérgica. El paciente alérgico debe tener siempre a mano adrenalina autoinyectable, para que pueda serle administrada rápidamente en caso necesario; esta precaución puede salvar vidas. Actualmente, se están desarrollando técnicas para reintroducir en la dieta algunos alimentos esenciales en los pacientes alérgicos, con resultados muy esperanzadores.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
La alergia alimentaria a vegetales del grupo de los cereales, legumbres y frutos secos es muy habitual. Los frutos secos son, con las frutas, la primera causa de alergia alimentaria en los adultos y una de las primeras en la edad infantil. Los cereales y las legumbres tienen una importancia epidemiológica menor, pero, como se irá viendo, son alimentos alergénicos con características especiales que vale la pena considerar.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
Los vegetales son alimentos de gran consumo en la población general. Esto condiciona una mayor capacidad de sensibilización y, en consecuencia, un mayor número
de reacciones alérgicas entre los individuos.
Hay que tener en cuenta algunos factores determinantes de la prevalencia de alergia. Entre ellos destacan la predisposición genética: es decir, si un miembro de una familia padece alergia, es posible que sus descendientes directos también la sufran (se estima que esto sucede entre un 3 y un 6% de las veces). Otro factor que se debe considerar es el área geográfica, no sólo por los diferentes hábitos alimenticios y el consumo de los vegetales en la dieta habitual, sino también por los diferentes pólenes o aeroalérgenos a los que un individuo puede sensibilizarse. Se sabe que los pacientes alérgicos a pólenes pueden también presentar alergia a vegetales, debido a la existencia de proteínas comunes entre ambos. Esto se conoce como fenómeno de reactividad cruzada entre alergia a pólenes y vegetales.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
La leche es una secreción nutritiva de color blanquecino opaco producida por las glándulas mamarias de las hembras de algunas especies de animales, que las definen como mamíferos. La principal función de la leche es la de nutrir a las crías hasta que son capaces de digerir otros alimentos, protegiendo su tracto gastrointestinal contra patógenos, toxinas y otras afecciones inflamatorias. Está compuesta principalmente por agua y, en menor proporción por iones (sales, minerales y calcio), hidratos de carbono (lactosa), materia grasa, proteínas y vitaminas. La leche de los mamíferos domésticos (principalmente de vaca, pero también de oveja, cabra, yegua, camella, etc.), debido a su alto poder nutritivo, forma parte de la alimentación humana diaria en la mayoría de las civilizaciones. La composición de la secreción láctea es específica de especie y se adapta en cada caso a las necesidades de crecimiento de sus crías.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
La alergia al pescado es una reacción adversa, mediada por un mecanismo inmunológico, frente a algunas proteínas de este alimento. Se trata de una respuesta del sistema inmunitario frente a un alimento normalmente inofensivo. Habitualmente, esta respuesta inmunológica está mediada por anticuerpos de la clase IgE, específicos para el pescado.
En otras ocasiones, aunque mucho menos frecuentemente, el paciente presenta reacciones probablemente inmunológicas pero sin participación de la IgE. El cuadro clínico aparece 60-90 minutos después de la ingestión de pescado y está caracterizado por vómitos repetidos e incoercibles, que a veces se acompañan de diarrea y de afectación del estado general, con distensión abdominal e hipotensión, que cede lentamente a lo largo de varias horas.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
La alergia al huevo de gallina es una reacción adversa causada por un mecanismo inmunológico y que se produce por la ingestión y el contacto con huevo. Solamente se da en las personas que tienen una sensibilización alérgica a ese alimento; es decir, que han producido inmunoglobulinas IgE, que se dirigen específicamente contra las proteínas de huevo.
Esta reacción se repite cada vez que se tiene nuevo contacto con dicho alimento.
La alergia al huevo no guarda ninguna relación con otro tipo de problemas producidos por el consumo de huevo o productos derivados de éste que se encuentren en mal estado. Éstas otras son reacciones adversas relativamente frecuentes y que ocurren por contaminación del producto con bacterias, y por tanto se corresponden con reacciones de tipo tóxico, con síntomas que cursan con diarrea, vómitos y, en ocasiones, fiebre. Aparecen en prácticamente todas las personas que han consumido el alimento en esas condiciones. Estas personas no presentarán problemas al comerlo posteriormente en buen estado.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
La alergia a alimentos es un tema de actualidad en los países occidentales, y, lo mismo que sucede con otras enfermedades alérgicas, su prevalencia parece estar aumentando, de manera que la población general percibe esta patología como un problema de salud importante.
Según estudios recientes, se estima que la alergia a alimentos afecta al 3,5% de la población general, y es mucho más frecuente en los niños, oscilando entre el 7 y el 8%.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
Las reacciones alérgicas ocasionadas por alimentos, al igual que las de otro origen, provocan síntomas que pueden progresar rápidamente y llegar a ser graves o mortales. Una vez desencadenada la reacción, será precisa una actuación rápida y eficaz para su control.
En el caso particular de las alergias alimentarias, el riesgo de sufrir reacciones es cotidiano, como lo es la alimentación, y puede producirse en cualquier lugar y circunstancia en los que la persona alérgica se halle expuesta a algún alimento. Esto es especialmente cierto cuando el alimento responsable es ubicuo o muy común en la dieta (como la leche o el huevo), por poder contaminar o encontrarse oculto en la composición de otros alimentos elaborados o envasados.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA
Secretaría Técnica de SCLAIC | Calle Pasión 13, 3º | 47001 Valladolid | Tfno 680 638 682 | secretariatecnica@sclaic.com